Mejores momentos | Capítulo 7

Álex consigue pasar la prueba de fuego de Verónica

En el séptimo capítulo de Honor, Romero se ve obligado a traspasar unos límites que jamás imaginó. Ya no sólo por salvar la vida de su hijo, pero también la suya. Álex comienza a alejarse cada vez más de su padre, mientras que Verónica se está dando cuenta de que algunos movimientos de Romero son, cuando menos, llamativos.

Álex se encuentra pensativo, melancólico, observando las espectaculares vistas de Sevilla que ofrece el mirador. Un lugar muy especial para él: el mirador favorito de su madre. Un rincón de la ciudad que, cosas del destino, se convirtió en su principal coartada para el día del atropello.

“¿Venías mucho por aquí?”, le pregunta la Inspectora Pontón. De pronto, Álex sale de su ensimismamiento y mira a la amiga de su madre. Por unos instantes, se había olvidado que había venido con ella para reconstruir el día en que, presuntamente, le robaron el coche que atropelló a Hugo Aguilar.

“Con mi madre sí. Desde que murió mi madre, no había vuelto…”, responde Álex. Por un momento, Verónica no entiende la respuesta. “Bueno, hasta el… Hasta el día del aniversario”, aclara el joven. “El día en que te robaron el coche”, responde ella. Él asiente, disimulando.

Verónica le pregunta más detalles sobre aquel día, pero Álex es capaz de salir de cada una de ellas, gracias también a la reconstrucción que su padre le obligó a realizar en su día. Le comenta incluso cómo se compró la botella de agua en el bar que hay justo al lado.

Viendo que todas las respuestas de Álex encajan, Verónica se relaja y le pregunta sobre cómo se siente ante todo lo que está sucediendo y, sobre todo, el aniversario por la muerte de su madre. “¿De cuántas maneras se puede llevar algo así?”. Dando por resueltas sus dudas, la inspectora ofrece al joven llevarlo a casa.