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Ana Milán se hace voluntaria en el segundo capítulo de 'By Ana Milán'

‘Cuando me hice voluntaria’ es el título del segundo capítulo de la serie más vista de ATRESplayer PREMIUM en sus dos primeros días. >>> YA disponible el segundo capítulo de 'By Ana Milán' en ATRESplayer PREMIUM
Ana Milán en el segundo capítulo de 'By Ana Milán' | ATRESplayer PREMIUM
Ana Milán se mete a voluntaria en el segundo capítulo de 'By Ana Milán' | ATRESplayer PREMIUM
Rafa y Ana en el segundo capítulo de 'By Ana Milán' | ATRESplayer PREMIUM
Ana se topa con una monja de un humor muy particular | ATRESplayer PREMIUM
Rebeca trata de animar a Ana | ATESplayer PREMIUM
Ana y Rebeca, mejores amigas | ATRESplayer PREMIUM
Ana Milán habla se desahoga con Lopez de Vega | ATRESplayer PREMIUM
Ana Milán, de luto por amor en 'By Ana Milán' | ATRESplayerPREMIUM
Ana se maquilla, se viste con colores de viuda y se encamina a hablar con su Lope | ATRESplayer PREMIUM

Tras triunfar en sus redes sociales durante los últimos meses, Ana Milán protagoniza una comedia en ATRESplayer PREMIUM basada en sus anécdotas personales.

‘ByAnaMilán’ es una comedia basada en la vida real de la actriz Ana Milán, tomando como hilo conductor sus más famosas anécdotas contadas en estos últimos meses en sus redes sociales.

En esta historia, que mezcla realidad y ficción, una Ana Milán que está en su mejor momento, a punto de casarse con el amor de su vida y rodar una película como protagonista, se ve sorprendida por un inesperado giro que la deja sin boda, sin peli y sin rumbo. Apoyándose en sus amigos más fieles, su carácter y la gracia natural que la acompaña, Ana luchará por sobrevivir como sólo ella podría hacerlo.

Sinopsis cap. 2: ‘Cuando me hice voluntaria’

Harta de estar en casa, Ana se maquilla, se viste con colores de viuda y se encamina a hablar con su Lope, aunque termina siempre hablando con el joven que se le parece… ¿es esto real?

Tras ventilarse con Lope, se vuelve a casa, dispuesta a encerrarse de nuevo, pero ve un mercadillo que le llama la atención. Allí habla con la monja encargada, que le propone ayudar para despejar la cabeza.

Rebeca tiene otra idea para que pase el luto: un taller de collage. Pero en una discusión con la profesora, esta le dice que no hay más que ver su collage para saber que es una amargada. Ana también tiene para Rebeca: Jaime, su amante, está casado, no va a divorciarse y solo quiere echar un polvo.

Ana decide hacer caso a la monja y se presenta voluntaria para dar bocadillos al hambriento. En lugar de eso, le monja le hace entrega de un cubo y una fregona. Ana, que no quiere fregar, sino dar pan a los pobres, engaña a otra monja para que friegue y ella, plena, reparte bocatas. Y cuando está en plena faena, aparece Rebeca. Ha dejado a Jaime, Ana tenía razón.

Los mendigos empiezan a impacientarse, quieren comer, pero Ana les retiene, está hablando algo importante. Las amigas hacen las paces ante todo el mundo alucinado.

La monja abronca a Ana, no la quería repartiendo bocadillos porque eso es lo que todo el mundo quiere, lo terapéutico de poco esfuerzo que consigue que se sientan bien consigo mismos. Ana niega, pero cuando la monja le propone volver a fregar suelos, abraza a Rebeca, primero tiene que cuidar a su familia. Al día siguiente, Ana lleva los muebles del estudio de Mario al mercadillo ante el disgusto de Rafa porque había joyas entre esas pertenencias. Y lo único que se ha quedado es el horrible sillón manchado de vino. Pero Ana está aprendiendo a pasar página. Es hora de hacer un collage con fotos de Mario… sin cabeza. Es terapéutico.